Si deseas mejorar el aspecto de tu abdomen, probablemente te hayas interesado alguna vez por la abdominoplastia. Seguramente quieras saber si se puede hacer una abdominoplastia con sobrepeso. Repara la musculatura abdominal y elimina la flacidez cutánea. Lamentablemente, no todas las personas pueden someterse a esta intervención. Para un resultado atractivo, a la par que seguro, tu cuerpo debe cumplir unos requisitos. En este artículo os explicamos qué pacientes son buenos candidatos para esta cirugía.
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Toggle¿Por qué es importante conocer tu IMC?
Como ya sabéis, vuestro peso no es una medida suficiente para saber si sois obesos o no. La
obesidad depende de otro factor como es la altura.
El Índice de Masa Corporal (IMC) es una medida que puede orientarnos acerca del exceso de grasa corporal. Se calcula dividiendo vuestro peso (en kilogramos) entre vuestra talla (en metros) al cuadrado. Nos orienta para saber si nos encontramos en un peso adecuado para nuestro físico concreto.
Un IMC de 30 o superior implica que tienes obesidad, y contraindica la cirugía. Valores entre 25 y 29.9 supone sobrepeso (con estas cifras, se puede considerar la cirugía). Lo mejor es que tu IMC se encuentre entre 18.5 y 24.9, son los mejores parámetros para operarte. Y también para tu salud en general.
En Internet encontrarás múltiples calculadoras para hallar fácilmente tu IMC. Si tienes obesidad y quieres operarte de abdominoplastia, ya sabes que tu IMC debe bajar de 30. Empieza a perder peso, y utiliza el IMC como guía de tu progreso. Te servirá para motivarte y evaluar tu progreso.
¿Se puede hacer una abdominoplastia con sobrepeso?
Tenéis que saber que la abdominoplastia no está indicada en pacientes con obesidad. Un abdomen con mucha grasa nunca asociará un buen resultado.
En primer lugar, por un motivo de seguridad. La obesidad asocia un gran riesgo de complicaciones en quirófano. Estas complicaciones son tanto generales (trombosis, infección, problemas respiratorios), como asociadas a la cicatrización.
En segundo lugar, por un motivo de estética. Las personas obesas tienen demasiada grasa, tanto dentro como fuera de la pared abdominal. La cirugía elimina la grasa exterior a la pared abdominal, pero no la que está dentro. Operar un abdomen así daría un aspecto abultado a la barriga. El resultado, además de arriesgado, es estéticamente inaceptable.
En pacientes obesos no podemos conseguir los objetivos principales de la abdominoplastia. La musculatura no puede repararse correctamente, y el abdomen no consigue un aspecto aplanado. No obstante, tenemos que aclarar que obesidad no es lo mismo que sobrepeso. Para distinguir estos términos, empleamos el Índice de Masa Corporal. Valores muy altos de IMC implican obesidad, cifras algo menores de IMC se clasifican como sobrepeso.
Si bien los pacientes obesos no deben operarse, sí se puede considerar la abdominoplastia con sobrepeso. La abdominoplastia en pacientes con sobrepeso puede considerarse si el IMC no es muy alto. También si gozas de buena salud, y tu cirujano comprueba que no posees demasiada grasa intraabdominal.
Riesgos de la abdominoplastia en pacientes con sobrepeso
Los pacientes con sobrepeso no sólo pueden tener resultados no esperados tras una abdominoplastia, sino que también se exponen a mayores riesgos.
Complicaciones comunes y cómo prevenirlas
Las complicaciones a las que un paciente que se hace una abdominoplastia con sobrepeso está sometido luego pueden ser mayor riesgo de infecciones y hemorragias. Esto debido a que tienen mayor cantidad de tejidos grasos y vasos sanguíneos en la zona tratada.
Tienen también mayor posibilidad de sufrir problemas respiratorios o de una trombosis venosa, esto debido a la inactividad luego de la cirugía. Tener mayor tejido adiposo, puede llevar a una mala cicatrización
Una adecuada preparación para la cirugía de abdominoplastia puede prevenir estas complicaciones. Aunque el paciente tenga sobrepeso puede comenzar a alimentarse de manera saludable y realizar alguna actividad física previo a la cirugía. Adicionalmente, es importante dejar de fumar.
Consideraciones especiales para la recuperación
Debido al sobrepeso, es posible que los pacientes necesiten un tiempo de recuperación mayor que el de un paciente con un IMC normal. También deben considerar los riesgos de los que hemos hablado, tales como infecciones, sangrados o problemas respiratorios
Además, este tipo de pacientes puede requerir una atención postoperatoria más frecuente y visitas de seguimiento al cirujano para asegurarse que el proceso de recuperación se está desarrollando de la manera esperada.
¿Cómo saber si soy una buena candidata para una abdominoplastia?
Las candidatas a abdominoplastia habitualmente tienen diástasis de rectos. Esto significa que la musculatura se ha “dado de sí” por embarazos, sobreesfuerzos, o exceso de peso. Esta no suele provocar dolor ni molestias. Sin embargo, sí genera un aspecto abombado, abultado, en la barriga. Su reparación en la abdominoplastia permite, además de una cintura definida, contar con más fuerza en el abdomen.
En caso de pacientes mujeres, lo mejor es que os operéis después de los embarazos. Quedarse embarazada tras una abdominoplastia es posible, pero no recomendable, ya que puede recidivar la diástasis de rectos.
La paciente ideal para abdominoplastia tiene flacidez cutánea en la parte delantera del abdomen. En casos de pérdidas extremas de peso, la piel puede quedar descolgada en otras zonas (espalda, flancos…) En estas situaciones, la abdominoplastia no es suficiente y deben realizarse otras cirugías más agresivas para eliminar la flacidez (lower body lift, troncoplastia…).
La paciente ideal para abdominoplastia no debe fumar. El tabaco aumenta demasiado los problemas asociados a la cirugía. Las heridas cierran peor y dan más problemas. Y, lo que es peor, incrementa la posibilidad de complicaciones muy serias como trombosis, problemas respiratorios… Siempre es buen momento para abandonar el tabaco, pero si quieres operarte, ¡con más razón todavía!
La paciente ideal para abdominoplastia habitualmente ha perdido mucho peso en el pasado. No obstante, en el momento de la cirugía debe llevar varios meses con un peso estable. Y debe ser capaz de mantener este peso de manera prolongada en el tiempo.
Asimismo, necesita tener expectativas razonables respecto a la cirugía. Debe saber que la abdominoplastia elimina el exceso de piel flácida, pero que no sirve como tal para adelgazar.
También debe ser consciente de que los resultados se echarán a perder si no realiza dieta y ejercicio tras operarse. Por último, la cirugía debe ser un deseo personal, y no la voluntad de familiares o pareja.
La toma de medicación anticoagulante, la diabetes, las cirugías abdominales previas… pueden
aumentar un poco el riesgo de complicaciones. Sin embargo, no suponen un motivo para no operaros. Solo debéis comentarlo con vuestro cirujano en la valoración previa.
¿Cuál es el peso ideal para realizar una abdominoplastia?
No existe un peso ideal para la abdominoplastia. Un paciente muy alto puede pesar 80 kg y no ser obeso. Sin embargo, un paciente muy pequeño, con 80 kg, es muy probable que sí tenga kilos de más. Por eso, tu peso no es el mejor parámetro para controlar si puedes operarte o no. Depende de más factores, como la altura, saber si te sobran kilos.
Otro detalle importante es la distribución de la grasa en la barriga. Por lo general, el exceso de grasa no es bueno para la cirugía. Pero en definitiva, lo peor es que el acúmulo de grasa esté situado dentro de la pared abdominal. Tu cirujano valorará en consulta la distribución de tu grasa.
También tomará las medidas precisas de talla y peso para saber si eres buen candidato a cirugía.
¿Cómo bajar de peso para una abdominoplastia?
En tu camino hacia un IMC correcto, la dieta y el ejercicio juegan un papel fundamental. El primer paso es identificar aquellos alimentos más nocivos para tu salud, y suprimirlos por completo. Procura hacer 3 o 4 comidas al día, pero de menor cantidad que antes, y sin productos insanos.
Debes evitar la bollería industrial, las comidas precocinadas, los fritos, y los productos con demasiado azúcar. Evita el exceso de sal en las comidas, que te hará retener líquidos.
Bajar de peso para una abdominoplastia es importante, pero más importante todavía es que tu dieta te garantice todos los nutrientes necesarios. Para esta cirugía, necesitas unas reservas de vitaminas, oligoelementos, proteínas y hierro suficientes. Por eso, además de adelgazar, necesitas que tu dieta sea variada y sana. Debes frutas, vegetales, carnes o pescados, legumbres, cereales integrales…
El ejercicio es otro pilar si quieres bajar de peso para una abdominoplastia. Si nunca has sido muy deportista, comienza poco a poco. Empieza saliendo a caminar, y posteriormente a correr. No es preciso que el ejercicio sea intenso, pero sí duradero, para que dé tiempo a la quema de grasa.
El ejercicio aeróbico te hará perder peso. También mejorará tu aparato respiratorio y cardiovascular. Una vez alcances un peso asociado a un IMC adecuado, es preciso que te esfuerces en mantenerlo. La dieta y el ejercicio siguen siendo fundamentales.
¿Cuántos kilos se pierden después de una abdominoplastia?
Perder peso con una abdominoplastia no debe ser un objetivo para ti. La abdominoplastia sirve para reparar la musculatura abdominal y eliminar la flacidez, no para adelgazar. La piel que se extirpa en la cirugía suele pesar más de 500 gramos de peso, pero no suele ser superior a los 3000 gramos.
Si se combina con liposucción, es posible que la pérdida de peso sea mayor. Pero repito, este no es el objetivo de la intervención. El peso adecuado hay que conseguirlo antes de la intervención.
Recuperación y cuidados postoperatorios para pacientes con sobrepeso
Consejos para una recuperación saludable
Aquellos pacientes que, aunque tienen sobrepeso, se someten a una abdominoplastia, debido a que el cirujano considera que no tiene demasiada grasa corporal, goza de buena salud y su IMC no es demasiado alto, necesitan cuidarse bien durante el proceso de recuperación para evitar complicaciones.
Es esencial descansar los primeros días de la cirugía y tomar los medicamentos indicados por el cirujano. Ambas recomendaciones están relacionadas con la disminución del dolor y la hinchazón. Además, debe utilizar una prensa de compresión servirá para mantener la piel y los tejidos en su nueva posición.
Beber suficiente agua y cuidar la alimentación también es indispensable en este proceso. El agua y los líquidos ayudan a desinflamar y una buena alimentación, balanceada y saludable, debería ser un nuevo hábito para el paciente, ya que es la manera de tener una mejor etapa posoperatoria, y de mantener los resultados de la cirugía a largo plazo.
Actividades y limitaciones post-cirugía
En cuanto a las limitaciones, es importante no levantar objetos pesados ni realizar actividades o ejercicios que supongan demasiado esfuerzo. De modo que se puedan evitar problemas con las incisiones u otras complicaciones.
Una vez que la recuperación vaya avanzando, es necesario incluir el ejercicio en la rutina diaria. Se puede iniciar con caminatas suaves y de poco recorrido e ir aumentando la intensidad progresivamente, o incorporando otros ejercicios como la bicicleta.
Tampoco se debe fumar, puesto que esto aumenta el riesgo de infecciones y de tener problemas de cicatrización.
Recuerda la importancia de programar visitas de revisión con el cirujano, para garantizar que todo el proceso de recuperación se lleva a cabo de la manera adecuada.
Ya sabes si se puede hacer una abdominoplastia con sobrepeso, y algunas recomendaciones para llegar a ser una candidata ideal para este procedimiento. Es clave consultar siempre con cirujanos expertos que te guíen durante todo el proceso. Contáctanos para pedir valoración.