Existe cierta confusión en torno a qué es el lipedema. Algunas personas lo asocian con obesidad; sin embargo, se trata de una afección distinta y que está relacionada con la genética y con cambios hormonales. Te explicamos cómo afecta la salud y qué tratamientos hay disponibles.
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Toggle¿Qué es el lipedema?
El lipedema es una enfermedad que provoca la acumulación anormal de células grasas en las extremidades. Es más común que aparezca en las piernas, pero también hay personas que lo tienen en los brazos.
Esta afección es más común en las mujeres que en los hombres. Se manifiesta con un aumento desproporcionado de tejido adiposo, a menudo acompañado de dolor, sensibilidad al tacto y problemas de movilidad.
El lipedema puede ser difícil de diagnosticar, por lo que muchas veces se confunde con obesidad. Algunas señales de esta afección es la desproporción entre las extremidades y el resto del cuerpo, además de que se sienten nódulos de grasa al tacto.
Quienes sufren de lipedema no solo se ven afectados por cambios estéticos, sino que también tiene un impacto significativo en su calidad de vida.
Diferencia entre lipedema y obesidad
Debido a la dificultad para diagnosticar el lipedema, esta enfermedad suele confundirse con otras condiciones como la obesidad o la piel de naranja. Sin embargo, hay diferencias importantes entre todas ellas.
La celulitis, por ejemplo, se caracteriza por la aparición de hoyuelos en la piel. No es doloroso y puede aparecer en mujeres delgadas.
La obesidad, por otra parte, se asocia con el exceso de peso corporal. Puede ser el resultado de una dieta poco saludable, sedentarismo y factores metabólicos. Un cambio en el estilo de vida puede ayudar a superar esta condición.
En cambio, el lipedema no está asociado a las variaciones de peso. Una persona puede tener un peso normal, pero experimenta un aumento desproporcionado y doloroso en ciertas áreas. Esta afección no responde a cambios en la dieta ni a los ejercicios, como ocurre con la obesidad.
Muchas veces la dificultad para identificar el lipedema se debe a que la persona sufre también de obesidad.
Causas y factores de riesgo del lipedema
Aún no está claro cuál es el origen del lipedema, pero se asocia con factores genéticos y hormonales.
Causas genéticas
Estudios realizados para identificar qué es el lipedema y qué lo causa han identificado variaciones genéticas que podrían originar la acumulación de grasa en las extremidades.
Esto significa que hay un componente hereditario en el origen del lipedema. Si alguien de tu familia sufre de lipedema, tienes más probabilidades de desarrollar este problema.
Factores hormonales
También se relaciona esta patología con cambios hormonales en las mujeres. Es decir, puede aparecer durante la pubertad, el embarazo o la menopausia.
Síntomas y diagnóstico del lipedema
Una mujer con cintura delgada y peso estable puede presentar una acumulación excesiva de grasa en las piernas. Esto puede ser una señal de lipedema, pero no siempre es fácil reconocerlo. A continuación, describimos algunos síntomas frecuentes.
Signos visibles del lipedema
Los pacientes con lipedema pueden presentar algunos de estos síntomas:
- Mayor volumen en las extremidades inferiores o superiores, desproporcional al resto del cuerpo.
- Sensación de hinchazón, sobre todo después de estar de pie o sentada durante largos períodos.
- Mayor sensibilidad en las áreas afectadas. El tacto puede provocar dolor.
- Aparición de moretones en la zona afectada, incluso sin un trauma evidente.
- Aparición de nódulos de grasa en la piel que se sienten al tacto.
Métodos de diagnóstico médico
El especialista puede diagnosticar el lipedema a través de un examen físico. Con esta evaluación se observa la distribución del tejido adiposo en las extremidades, así como la sensibilidad en las áreas afectadas.
Asimismo, revisará el historial médico del paciente y sus antecedentes familiares. En algunos casos, se realizan estudios de imagen como ecografías o resonancias magnéticas para descartar otros trastornos.
Tratamientos disponibles para el lipedema
Hay diversas opciones de tratamiento para el lipedema. Algunos de ellos son poco invasivos y otros requieren de cirugía. El especialista determinará cuál es la mejor opción, según el grado de la afección.
Tratamientos no invasivos
Entre los tratamientos no invasivos destacamos la terapia de compresión. En este caso, el paciente debe usar medias de compresión que ayudarán a reducir la hinchazón y mejorar la circulación en las piernas.
El drenaje linfático manual es otra alternativa que ayuda a mejorar la circulación. Además, reduce la acumulación de líquidos en la zona afectada.
Al contrario de la obesidad, el lipedema no responde al ejercicio y la dieta. Sin embargo, es recomendable llevar un estilo de vida activo y una alimentación saludable. En cuanto a los ejercicios, se recomienda la natación y entrenamientos que ayuden a mejorar la movilidad.
Hay casos en los que también se recomiendan medicamentos para el lipedema. Estos no son específicos para eliminar esta condición, sino para mejorar la calidad de vida. Por ejemplo, para controlar el dolor y mejorar la circulación.
Opciones quirúrgicas para el lipedema
Cuando se trata de casos avanzados de lipedema, se opta por tratamientos quirúrgicos. En este caso se recurre a la liposucción para eliminar las células grasas.
Junto a esta cirugía se pueden aplicar otros procedimientos que ayuden a mejorar el contorno corporal; en específico, la forma y la función de las piernas.
La liposucción es una alternativa para controlar el lipedema. El objetivo de este tratamiento es eliminar las células grasas en la zona afectada.
Además de mejorar la estética, la liposucción reduce los síntomas como el dolor y la sensibilidad.
Prevención y manejo del lipedema
Consejos de prevención
El lipedema no se puede prevenir, pero monitorear los cambios en el cuerpo ayuda a reducir el riesgo de sufrir esta afección. Si observas algún cambio inusual en la distribución de grasa en las extremidades es una señal de alerta. La detección temprana permite aplicar tratamientos más efectivos.
Procura mantener un peso saludable. Si bien no eliminará el lipedema, ayudará a evitar que los síntomas empeoren.
Control del lipedema mediante dieta y ejercicio
La dieta y el ejercicio no curan el lipedema, pero ayudan a controlar los síntomas. Se recomienda seguir una dieta antiinflamatoria, y evitar los alimentos procesados, azúcares refinados y grasas trans.
Haz ejercicios de bajo impacto para ayudar a mejorar la salud en general.
El lipedema puede afectar la calidad de vida de quienes lo padecen, ya que llega a provocar dolor y sensibilidad, además de los problemas estéticos. Sin embargo, la detección temprana puede hacer una gran diferencia.